miércoles, diciembre 31, 2008

UN AÑO NUEVO...


En este año 2008, todo el terreno político, social, cultural y religioso se a encontrado atravesado por la batalla de ideas, donde los sectores dominantes siguen apostando a la esclavitud y sometimiento de nuestros pueblos y donde los sectores oprimidos seguimos apostando a la liberación de toda esclavitud como quiera que se exprese.

Ser cristianos y cristianas en la realidad latinoamericana, y según los valores genuinos del Evangelio, habla de una actitud ante la vida, ante el prójimo y ante las Escrituras. La vida es un derroche de pluralidades que hay que conservar y alentar porque es la riqueza de la misma.

Todas las personas somos distintas y originales (gracias al Dios Creador) Tenemos diferentes idiosincrasias, diferentes pensamientos, diferentes maneras de pararnos ante la vida, diferentes maneras de ver a Dios y al prójimo, diferentes maneras de ver y entender la Iglesia... Pero compartimos la misma esperanza: el parto de un mundo nuevo, del hombre nuevo, de una sociedad más justa, más fraterna, donde se hacen presentes los signos del Reino de Dios.

Ser cristianos y cristianas en la realidad latinoamericana, y según los valores genuinos del Evangelio, es tener un corazón abierto y sensible a las Escrituras y un oído en el corazón del pueblo que late y grita por su liberación.

Es dejarse alcanzar por el Espíritu de aquél joven revolucionario, “quién anunciaba que el Reino de su Padre se acercaba, que venció al imperio con su muerte y que se encarna en el pueblo que va al frente”. Es ser amantes de la libertad cristiana, de continuar resistiendo y denunciando ante las puertas de aquellos que procuran tener presa la Palabra de Dios en una caja de seguridad bajo millones de incomprensibles combinaciones.

Algunos pueden ser conservadores, otros más o menos progresistas en lo teológico, pero todos somos invitados y nos sentamos en la Mesa del Señor, para participar unos con otros del mismo pan, del mismo vino y dejemos que nuestros pensamientos, ideas y aún nuestras propias teologías estén en profunda armonía; Sabiendo que los pareceres y opiniones diferentes al nuestro nos enriquecen cuando les permitimos que se expresen y les mostramos sincera atención.

La Mesa del Señor no excomulga, no castiga, ni silencia a nadie por pensar diferente. Así deberíamos ser, y si perseveramos en ello, podremos comprobar que el año 2009 que se va a inaugurar en pocas horas puede posibilitarnos abrir la puerta a un nuevo horizonte, a un nuevo espacio.

El espacio que podrá hacer posible un mundo y una iglesia más humana y fraterna que permita a cada ser humano ser parte del Pueblo de Dios sin condiciones como seguidores de Jesús, el Cristo, el Único Señor de la Iglesia.

Feliz Año para todos y todas…

Pastores Diego Javier Mendieta y Gabriela Soledad Guerreros
Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos…

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