domingo, junio 06, 2010

El evangelio y la organización popular, multiplican la vida

EL EVANGELIO Y
LA ORGANIZACIÓN POPULAR
MULTIPLICAN LA VIDA
Al volver los apóstoles, contaron a Jesús todo lo que habían hecho. El los tomó consigo y se retiró en dirección a una ciudad llamada Betsaida, para estar a solas con ellos. Pero la gente lo supo y partieron tras él. Jesús los acogió y volvió a hablarles del Reino de Dios mientras devolvía la salud a los que necesitaban ser atendidos.  El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: “Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aquí estamos lejos de todo.” Jesús les contestó: “Denles ustedes mismos de comer.” Ellos dijeron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados. ¿O desearías, tal vez, que vayamos nosotros a comprar alimentos para todo este gentío?” De hecho había unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta.”  Así lo hicieron los discípulos, y todos se sentaron. Jesús entonces tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse. Después se recogieron los pedazos que habían sobrado, y llenaron doce canastos.
San Lucas 9:10-17
El evangelio relata la multiplicación de los panes y peces.  Este hecho milagroso se cuenta varias veces en otros evangelio incluso en el Evangelio según San Marcos lo hace dos veces, lo que demuestra no sólo que el evento posee un alto valor histórico, sino que también es fundamental para comprender la misión de Jesús.
Jesús está cerca de Betsaida y tiene delante de él una gran multitud de personas pobres, enfermas y hambrientas, es a este pueblo oprimido y marginado al que Jesús se dirige “hablándoles del reino de Dios y sanando a los que lo necesitaban” - v. 11-.
Jesús dialoga con sus discípulos y seguidores. En este diálogo se pone en evidencia dos visiones de esa realidad. Por una parte la visión de los apóstoles, ellos quieren enviar a la gente a los pueblos vecinos para que se compren comida, proponen una solución “cómoda y desencarnada”, y por otro lado la visión de Jesús, que se hace cargo desde el compromiso y el amor, dejando la prueba incuestionable de que el anuncio del Reino de Dios abarca también soluciones a las necesidades materiales de la gente.
La respuesta de Jesús es “dadles vosotros de comer” - v. 13 - y no sólo es provocadora por los pocos alimentos que había sino que también intenta  poner en claro la misión de los discípulos desde ese momento en adelante, allí en el desierto cerca de Betsaida y a lo largo de toda la historia de la Iglesia. Los seguidores de Jesús estamos llamados a colaborar con Jesucristo preocupándonos por el anuncio del Evangelio y por conseguir el pan para nuestras hermanas y hermanos.
Un pueblo desorganizado siempre padecerá hambre y miseria.
El evangelio especifica que  Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta.  Así lo hicieron los discípulos, y todos se sentaron”. Esto no es otra cosa que LA ORGANIZACIÓN DE UN PUEBLO OPRIMIDO. Aunque hoy muchos optan por la posición de los discípulos y se sacan de encima la responsabilidad que tenemos con nuestro pueblo, con el pobre y marginado; el anuncio del evangelio y la tarea pastoral de la Iglesia o nuestro compromiso cristiano debe acompañar, fomentar o fermentar en la ORGANIZACIÓN POPULAR.
Después de que los discípulos organizaron a la gente, Jesús “tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los iba dando a los discípulos para los distribuyeran entre la gente” -v. 16 -. La organización era la clave para que el milagro de la multiplicación del pan, los peces y la vida se materializaran.
La Iglesia de Jesucristo, debe asumir definitivamente su compromiso en la construcción de una nueva sociedad, igualitaria, justa y solidaria. Debe ser ella una herramienta de liberación frente a las estructuras de muerte de este siglo. La Iglesia de Jesucristo es quien tiene que poner los panes y los peces sobre la mesa y convocar a la organización y a la lucha para ser definitivamente libre.
Como termina este milagro?, que “Todos comieron hasta saciarse”. Esa debe ser la meta, que todas y todos sean satisfechos, felices y alegres porque tienen su pan, sinónimo de trabajo, salud, educación y vivienda digna, etc.
El evangelio y la organización popular, multiplican la vida
Pastores Diego Mendieta y Gabriela Guerreros

No hay comentarios:

ATENCIÓN!!! Nuevo lugar de reunión de la Comunidad Pentecostal Dimensión de Fe - Domingos 10hs en la Casa Ecuménica Popular - Manuel Artigas 6989 - Mataderos - Capital Federal

Entradas populares

DOCUMENTOS Y DECLARACIONES PÚBLICAS.

Seguidores